Descubre cómo el amor de Dios trasciende toda comprensión humana y transforma nuestras vidas desde lo más profundo del ser.
El amor de Dios es como un océano infinito que nos envuelve constantemente, aunque muchas veces no seamos conscientes de su presencia. Este amor no conoce límites ni condiciones; simplemente es.
A diferencia del amor humano, que a menudo viene acompañado de expectativas y condiciones, el amor de Dios es puro y desinteresado. No importa cuántas veces hayamos caído o cuán perdidos nos sintamos, Su amor permanece inmutable.
"El amor de Dios es como el sol que brilla para todos, sin distinción, sin juicio, sin reservas."
Cuando abrimos nuestro corazón a esta verdad, nuestra vida se transforma. Las preocupaciones mundanas pierden su poder sobre nosotros, y encontramos paz incluso en medio de las tormentas.
Te invito a que hoy, ahora mismo, cierres los ojos por un momento y sientas ese amor que siempre ha estado ahí, esperándote, abrazándote, sosteniéndote.
Namaste 🙏